Hablar de sexo ya no es tabú, pero cuando mencionamos fantasías sexuales todavía se enciende la curiosidad y hasta la censura. La realidad es que todo el mundo tiene fantasías, aunque no siempre las comparte. Son ese espacio íntimo de la mente donde el deseo juega libremente, sin reglas, sin juicios y sin necesidad de que se hagan realidad para disfrutarlas.
En pocas palabras, son escenarios o situaciones imaginadas que generan excitación. Pueden ir desde lo más común, como pensar en un lugar diferente para tener sexo, hasta ideas más atrevidas o inusuales, como incluir roles, juegos de poder o incluso dinámicas que jamás llevarías a la práctica.
Lo importante es entender que fantasear no significa “estar mal” o “querer engañar a tu pareja”, sino simplemente darle espacio a la imaginación.
¿Por qué fantaseamos?
Las fantasías funcionan como un motor erótico. A veces ayudan a escapar de la rutina, otras despiertan la creatividad en la intimidad y, en muchos casos, son una vía para conocernos mejor. También pueden ser una forma de explorar aspectos de la sexualidad que tal vez no nos atrevemos a experimentar en la vida real, pero que nos excitan en nuestra mente.
Aunque cada persona es un universo, algunos estudios han mostrado que las fantasías más frecuentes incluyen:
- Tener sexo en lugares públicos o prohibidos.
- Jugar con roles, como profesor/a–alumno/a o jefe/a–empleado/a.
- Incluir más de una persona en la experiencia.
- Dinámicas de dominación y sumisión.
- Escenarios románticos o de conquista intensa.
Y claro, también existen fantasías muy específicas o únicas que solo hacen sentido en la mente de quien las imagina, lo cual las vuelve aún más interesantes.
No existe un solo tipo de fantasía, hay cientos de ellas, cada una viva y atractiva para cada persona que las imagina y recrea en su mente.
¿Deberías compartirlas con tu pareja?
No es obligatorio, pero puede ser una herramienta increíble para fortalecer la comunicación sexual. Hablar de lo que imaginas no significa que vayas a hacerlo en la práctica, pero abre la puerta a la confianza, la complicidad y hasta a descubrir puntos en común.
Eso sí, si decides compartirlas, hazlo con respeto y sin presión. Y en una de esas, tal vez alguna de ellas se pueda llegar a cumplir.
Lo más importante es entender que tener fantasías es completamente normal. No hay una regla escrita sobre qué es “correcto” o “incorrecto”, mientras no implique dañar a nadie. Así que, la próxima vez que tu mente vuele a un escenario atrevido, disfrútalo, es parte de tu sexualidad, de tu deseo y de tu manera de conectar contigo mism@ y ya des paso, si quieres alimentar tu imaginación con contenido valioso, síguenos en nuestras redes sociales oficiales; Facebook, Instagram y X.
Fuentes:
- Fantasías sexuales. El poder de la imaginación. (s.f.) Itae Psicología. Recuperado de: https://itaepsicologia.com/fantasias-sexuales-el-poder-de-la-imaginacion/
- Villalba, J. (25 de abril de 2024). Las 30 fantasías sexuales más comunes entre los hombres. Recuperado de: https://www.menshealth.com/es/sexo-relaciones-pareja/a37439859/10-fantasias-sexuales-mas-comunes-hombres/