Imagina esto: estás caminando por un parque, en la playa o en un baño público y de pronto cruzas miradas con alguien. No hay muchas palabras, tal vez ni una. Pero ambos saben lo que está pasando. Hay tensión, interés y… ¡Boom! Un encuentro sexual espontáneo, completamente inesperado.
Eso es el cruising: una práctica sexual que consiste en buscar encuentros sexuales casuales y anónimos en lugares públicos, generalmente sin necesidad de mediar una conversación previa. Aunque tradicionalmente ha sido más común en hombres que tienen sexo con hombres, en la actualidad cualquier persona con el deseo de experimentar esta forma de erotismo puede practicarlo.
¿Por qué es tan popular?
Simplemente, porque es adrenalina pura. El cruising combina lo prohibido con lo espontáneo, lo rápido con lo intenso. Para algunas personas, lo emocionante no solo es el sexo, sino el momento previo: esa búsqueda visual, ese coqueteo silencioso y el riesgo de ser vistos (o no).
El cruising rompe con la idea del sexo planificado y permite explorar la sexualidad de una forma diferente, más instintiva, más salvaje, más libre, más rápida, llena de emoción, tensión y aventura.
Aunque el cruising no tiene una “sede oficial”, hay lugares que suelen asociarse con esta práctica:
- Parques o bosques (de noche, usualmente)
- Baños públicos o centros comerciales
- Playas o zonas rurales
- Estaciones de metro, callejones, cines
- Y sí, también en apps de ligue, donde se puede coordinar un encuentro express.
Actualmente, es tan practicado entre las personas, que ya hay sitios web que califican lugares para poder llevar a cabo cruising. En dichos sitios se pueden dejar opiniones, descripciones del lugar, que tanta privacidad existe, etc.
Pero ojo: no todos los espacios públicos son aptos. Hay países y regiones donde esta práctica puede considerarse delito. Así que informarse y ser consciente del contexto legal y social es clave.
El lado B: lo que debes saber
Aunque suena excitante, el cruising no es un juego sin reglas. Existen códigos y recomendaciones para que esta práctica sea segura, respetuosa y saludable. Aquí van algunos tips:
Consentimiento: ¡Es lo más importante! Si la otra persona no responde, no mira, o se va: se acabó. Sin consentimiento, no hay cruising.
Protección siempre: el uso de condones o barreras bucales no es negociable. Al ser sexo casual y muchas veces anónimo, es fundamental usar protección para evitar infecciones de transmisión sexual (ITS).
No es para todo lugar: evita espacios donde pueda haber menores, cámaras o situaciones que incomoden a otros. Practica el cruising con responsabilidad.
Cero violencia: nada de forzar, presionar o insistir. El cruising debe ser una experiencia placentera para todas las partes.
Practicar cruising no significa ser irresponsable o promiscuo, sino vivir tu sexualidad de manera consciente y sin prejuicios. Lo importante es protegerte, respetarte y saber por qué y para qué lo haces.
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Fuentes:
- Figueras, G. (04 de noviembre de 2022). ¿Qué es el cruising?. La Sexta. Recuperado de: https://www.lasexta.com/como-que-cuando/que-cruising_20221104635a5119c7ecd00001aeeb24.html
- Villalba, J. (09 de mayo de 2024). Cruising: qué es, en qué consiste y dónde se practica. Men´s Health. Recuperado de: https://www.menshealth.com/es/sexo-relaciones-pareja/a37968845/cruising-que-es-en-que-consiste-donde-se-practica/