Sabemos que en el delicioso hay espacio para la aventura, la creatividad y la exploración. Y sí, es totalmente válido querer salir de la rutina y jugar con fuego, ¡pero sin quemarse!
Hay prácticas sexuales que pueden parecer súper intensas, excitantes y de película porno, pero si no se hacen con responsabilidad, conocimiento y mucho consentimiento, pueden convertirse en un problemón. Algunas de las filias más extrañas pueden ser muy peligrosas y poner en riesgo la integridad de alguno de los practicantes.
Prácticas que prenden
Antes de empezar con cualquier tipo de práctica, es importante establecer parámetros, reglas y tener consentimiento por ambas partes. La comunicación verbal y física son clave para evitar complicaciones.
Asfixia erótica: el juego de controlar la respiración puede llevar al orgasmo a niveles fuertísimos, pero también puede ser muy riesgoso si no se hace bien.
Es crucial utilizar palabras o movimientos de seguridad, si vas a jugar con presión en el cuello, ¡hazlo con mucho cuidado! Intenta presionar en los costados del cuello y no ejercer presión en la tráquea.
Fisting: hablamos de introducir el puño sobre la vagina o el ano. Y aunque puede ser muy placentero para quien lo disfruta, también puede causar desgarres, sangrados y daños internos, si no se hace con la precaución debida.
¿La clave? Lubricante a montones, guantes, demasiada comunicación y… ¡Despacito!
Hematolagnia: es un tipo de fetiche en el que las personas experimentan y sienten excitación al usar sangre en el entorno sexual. La atracción por el olor, sabor, color y viscosidad de la sangre pueden ser atrayentes mientras se practica el sexo.
Es recomendable que, si vas a realizar cortes en la piel, sea con objetos esterilizados o nuevos para evitar infecciones o enfermedades.
Pirofilia: es un comportamiento en el que se siente placer sexual al incendiar y encender fuego. Al pensar, hablar o estimular con cosas en llamas o calientes.
¡Cuidado! Esta práctica es muy peligrosa y si no se realiza con las precauciones debidas, se pueden sufrir quemaduras en el cuerpo e incluso en el espacio que se está realizando el acto.
Coprofilia: es el placer sexual al consumir, tocar, oler y observar heces humanas.
Es una práctica atrevida para aquellos que han decidido adentrarse en este mundo. Se sugiere utilizar guantes y no ingerir las heces para evitar infecciones bacterianas y parásitos.
Bugchasing: es una práctica arriesgada por excelencia, y aunque nosotros siempre recomendamos utilizar preservativos y cuidarse para evitar infecciones de transmisión sexual, el bugchasing se practica con el objetivo de adquirir VIH.
Las personas que lo practican suelen hacerlo con alcohol, drogas, sin protección y con el riesgo no solo de contraer VIH, sino otro tipo de infecciones.
El sexo puede ser tan extremo, kinki y explosivo como quieras, pero nunca debe ser más peligroso que placentero. Infórmate, establece límites, cuida y protege de ti y tu pareja.
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Fuentes:
- Marcos, L. (24 de abril de 2019). Las prácticas sexuales más peligrosas. Muy Interesante. Recuperado: https://www.muyinteresante.com/salud/2561.html
- Las prácticas sexuales más peligrosas. (s.f.) ets free. Recuperado de: https://etsfree.es/las-practicas-sexuales-mas-peligrosas/