Pegging, cuando se cambian los roles

Si creías que ya lo habías visto todo en el mundo del sexo, prepárate porque el pegging viene a romper esquemas y tabúes con una propuesta atrevida y llena de placer.

El pegging es una práctica sexual en la que una mujer (o persona con vulva) penetra a su pareja masculina usando un arnés con un dildo, ¡sí!, así de simple. Puede sonar intenso si nunca lo has considerado, pero es una forma divertida y consentida de jugar con roles y descubrir nuevas zonas de placer, en especial la estimulación prostática, también conocida como el famoso “punto P” masculino.

Y antes de que alguien levante la ceja… ¡No! Disfrutar del pegging no cambia tu orientación sexual. No se trata de ser o no heterosexual, sino de abrirte a nuevas experiencias dentro de tu propia relación y explorar lo que tu cuerpo puede sentir.

¿Por qué tanto hype con el pegging?

Porque, para empezar, es altamente placentero. La estimulación prostática genera orgasmos diferentes y a veces más intensos que los que se logran con la estimulación del pene. Además, el cambio de roles puede ser súper excitante para ambas partes: uno disfruta de una nueva sensación física y la otra persona toma el control de manera divertida y placentera.

Sumemos a esto el factor de confianza, el pegging requiere comunicación abierta, respeto por los límites y una buena dosis de humor, lo que puede fortalecer la conexión en pareja. Obvio, no está demás un buen lubricante que te ayude a que tu experiencia sea única y resbalosamente deliciosa.

Tips para iniciarte en el pegging

Si te da curiosidad el pegging, pero no sabes por dónde empezar, aquí te introducimos algunos consejos:

Empieza con calma: no tienes que usar un arnés desde el inicio. Puedes comenzar con dedos, juguetes pequeños y mucha lubricación.
Hablen sin pena: expresen límites, palabras seguras y expectativas antes de intentarlo. Recuerden que la comunicación y el consentimiento lo es todo.
Elige juguetes adecuados: busca dildos diseñados para principiantes y arneses cómodos.
Lubricante es tu BFF: la estimulación anal requiere lubricación abundante para evitar molestias, ¡no escatimes en ella!
Relájate y disfruta: la tensión solo dificulta la experiencia. Respira, relájate y ve poco a poco. No intentes hacerlo todo en el primer encuentro, el pegging se logra poco a poco.

Como vemos, el pegging es una forma divertida y consensuada de explorar el placer sin etiquetas ni tabúes. No se trata solo de “quién penetra a quién”, sino de abrir la mente, jugar en pareja y descubrir que el sexo puede ser mucho más versátil de lo que nos contaron.

Así que, si te pica la curiosidad, recuerda, comunicación, consentimiento y humor son los ingredientes básicos para que esta aventura sea un éxito. No olvides darte una vuelta por nuestras redes sociales oficiales; Instagram, X y Facebook.