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Apego evitativo vs ansioso en pareja

Apego evitativo vs ansioso en pareja

En el mundo de las relaciones hay de todo, parejas que parecen sacadas de una peli romántica con besos bajo la lluvia, rosas diarias y cantos de aves a su alrededor, y otras que viven en su propia montaña rusa emocional, y algunas que mezclan lo mejor (y lo peor) de ambos mundos. 

Detrás de estas dinámicas suele haber algo que se llama estilos de apego, que básicamente son las formas en las que aprendemos a relacionarnos desde que éramos pequeños y que ahora se reflejan en nuestras relaciones amorosas y sexuales.

Los “dime 20 veces que me amas”

Si eres del apego ansioso, lo tuyo es la intensidad emocional. Siempre quieres estar cerca de tu pareja, necesitas sentirte segur@ y si no te contestan un mensaje en 10 minutos, ya armaste en tu mente un capítulo completo de “La Rosa de Guadalupe”.

Las personas ansiosas suelen temer al abandono y por eso buscan constantemente pruebas de amor, mensajitos, llamadas, abrazos hasta que les confirmen mil veces que “sí, te amo”. El lado bueno es que este team es súper apasionado, entrega mucho amor y le pone chispa a la relación. 

El lado complicado es que esa intensidad puede abrumar a su pareja si no sabe cómo manejarla. Incluso puede haber ciertos desacuerdos en caso de que no se les de “amor” de la misma forma o intensidad.

En la cama, el apego ansioso suele buscar conexión emocional profunda, no solo sexo, sino también cariño, cercanía y la certeza de que están siendo deseados de verdad.

Los “Te quiero… pero dame espacio”

En el otro rincón tenemos al team apego evitativo, que vive bajo la filosofía del “te quiero, pero tranqui”. Estas personas valoran su independencia, disfrutan el tiempo a solas y pueden sentirse agobiadas si la relación se pone demasiado intensa o demandante.

Si eres de este team, probablemente prefieras mantener cierta distancia emocional, no porque no quieras a tu pareja, sino porque el exceso de cercanía te genera incomodidad. Suena raro, pero en el fondo es un mecanismo de defensa, protegerse para no sentirse vulnerable.

En lo sexual, el apego evitativo suele enfocarse más en la parte física que en la emocional. Eso no significa que no disfruten del cariño, pero a veces pueden separar las cosas “una cosa es el sexo, otra es hablar de sentimientos”.

Cuando ansioso y evitativo se encuentran…

Aquí empieza la novela, una persona ansiosa se engancha con alguien evitativo y ¡pum!, se crea una relación intensa, pero llena de tirones. El ansioso pide más atención, el evitativo se aleja, y cuanto más se aleja, más busca el ansioso. Es como un juego de “corre que te atrapo”… pero versión sentimental.

Aunque suene caótico, este tipo de dinámicas no siempre están condenadas. Con comunicación y, sobre todo, mucha paciencia, ambos estilos pueden aprender a equilibrarse. El ansioso puede trabajar en confiar más y no depender tanto de la validación constante, mientras que el evitativo puede abrirse poco a poco a la cercanía emocional sin sentir que pierde su espacio personal. Si es necesario, se puede recurrir a terapia. 

Lo importante es identificar de qué team eres y aprender a hablar de tus necesidades. Porque al final del día, la verdadera magia de una relación (y de una buena vida sexual) está en que ambos se sientan cómodos, escuchados y, por supuesto, muy satisfechos.

¿Eres del team ansioso que necesita amor 24/7 o del team evitativo que disfruta de su independencia? Sea cual sea, déjanos saber en nuestras redes sociales oficiales; Instagram y X.

Fuentes:

 

Sexualidad