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Genital Beading: joyería íntima

Genital Beading: joyería íntima

¿Te imaginas llevar joyas íntimas que no se ven, pero que se sienten? Pues eso existe y se llama genital beading. Aunque suene a fantasía, es una práctica real que mezcla placer, estética y un poquito de rebeldía sexual. Y spoiler: no es para cualquiera, pero sí para quienes buscan explorar más allá de lo “normal”.

El genital beading, también conocido como pearling, consiste en implantar pequeñas cuentas bajo la piel del pene o la vulva, usualmente en zonas erógenas; sin interferir en venas o vasos sanguíneos importantes.  Estas cuentas pueden ser de silicona, acero quirúrgico o incluso materiales biocompatibles que no causan rechazo.

El objetivo no es solo estético, sino aumentar la estimulación durante el sexo. O sea, imagina esas “perlitas” creando sensaciones nuevas para ti y para quien te acompañe en la cama.

¿Cómo se realiza?

No es algo que te hagan en cualquier consultorio. El genital beading debe realizarse por profesionales en modificación corporal con experiencia. Se hace bajo anestesia local y, dependiendo del diseño, pueden colocarse desde una hasta varias cuentas alineadas.

Después del procedimiento hay que cuidarse mucho. Mantener la zona limpia, evitar el sexo por algunas semanas, ya que las perlas tardan en fijarse bien bajo la piel y seguir indicaciones para que cicatrice bien. Como cualquier intervención corporal, hay riesgos si no se realiza con higiene o con un experto.

Ahora bien, ¿por qué las personas buscan modificar sus genitales? Existen varias razones y entre las más destacadas están:

  • Placer: la fricción durante la penetración puede ser mucho más intensa y diferente para ti y tu pareja.
  • Estética: a algunas personas les gusta la idea de tener un pene con diseño único o vulvas con texturas distintas.
  • Expresión sexual: es una forma de decir “mi cuerpo, mi estilo y mi intimidad”

¿Es riesgoso?

Hacerlo sin higiene, con personas no capacitadas o sin entender los cuidados puede provocar infecciones, rechazos o molestias permanentes. Además, no todos los cuerpos reaccionan igual. Por eso, informarse bien es lo más sexy que puedes hacer antes de tomar la decisión.

Además, es importante añadir que esta práctica es reversible y no al mismo tiempo. Se pueden retirar los beads si se desea, pero pueden quedar marcas o cicatrices. Así que, si estás pensando en un beading porque “se ve cool”, considéralo dos veces. Esto no es como cambiarte un arete… ¡Es una joya que va bajo la piel!

El genital beading es una práctica poco común, atrevida y muy particular. No es para todxs, pero sí para quienes exploran su sexualidad sin miedo y con responsabilidad. Si alguna vez te llama la atención, recuerda, el placer también es cuidar tu cuerpo.

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Fuentes: 

Sexualidad