Solopoly: amar en plural… ¿dormir en singular?

Cuando hablamos de amor, casi siempre pensamos en “la media naranja”, los domingos de Netflix en pareja y las fotos abrazados. Pero hay quien prefiere algo distinto, amar sin volverse uno solo, compartir sin convivir y no tener que preguntar “¿qué cenamos hoy?”.

Eso se llama solopoly, también conocido como poliamor solitario, y sí, es una forma válida de amar sin perder tu independencia.

El solopoly no es una excusa para huir de los compromisos. Es simplemente amar desde la autonomía emocional, sabiendo que la relación más importante de todas es la que tienes contigo mismo.

¿Qué significa ser solopoly?

Ser solopoly es elegir tener vínculos afectivos o sexuales sin necesidad de tener una pareja principal o de vivir con alguien.
Las personas que practican esta forma de poliamor pueden tener varias relaciones, pero no buscan juntar su vida, sus finanzas o sus cepillos de dientes con nadie.

Viven el amor sin jerarquías, con acuerdos claros y, sobre todo, con mucha honestidad emocional. Porque para poder compartir con más de una persona, hay que empezar por conocerse muy bien.

¿Es el solopoly para ti?

Tal vez sí, tal vez no.
El punto del poliamor solitario no es convencerte, sino recordarte que el amor tiene muchas formas de vivirse y de verse, si eliges estar con varias personas o una sola, lo importante es hacerlo con honestidad, respeto… y condón.

Porque incluso si no compartes casa, compartir placer sigue siendo un acto de responsabilidad.

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