Sí, a todos les puede pasar. Estás en el momento perfecto, la tensión sube, los besos se calientan, comienza el toqueteo y de pronto… nada. Tu cuerpo dice “hoy no, amigo”. La disfunción eréctil no es algo que solo afecta a hombres mayores o a quienes tienen problemas médicos; también puede aparecer en jóvenes, y muchas veces tiene más que ver con la mente que con el cuerpo.
La realidad es que sobre este tema se habla poco, y cuando se hace, suele venir acompañado de bromas o vergüenza. Pero entender qué la causa, y cómo manejarla, puede ayudarte a dejar de verla como un “fracaso” y más como una señal de que algo necesita atención.
La disfunción eréctil es la dificultad para lograr o mantener una erección firme el tiempo suficiente para tener una relación sexual satisfactoria. ¡Ojo! Que te pase una vez no significa que tengas un problema, el cuerpo humano no es una máquina; el estrés, el cansancio o incluso una noche con demasiado alcohol pueden afectar tu desempeño.
Se considera disfunción eréctil cuando el problema se vuelve frecuente o interfiere con tu vida sexual. En esos casos, vale la pena prestar atención y buscar qué está detrás.
Más común de lo que crees
Aunque no se hable mucho, la disfunción eréctil afecta a millones de hombres en todo el mundo. En los jóvenes, suele estar relacionada con factores psicológicos, como ansiedad, depresión, estrés, consumo excesivo de pornografía o miedo al rendimiento. En los hombres mayores, las causas pueden incluir problemas circulatorios, hormonales o efectos secundarios de algunos medicamentos.
También influye el estilo de vida: fumar, dormir poco, tener sobrepeso o abusar del alcohol puede afectar la circulación y, por tanto, las erecciones. Y sí, aunque suene a cliché, la mente manda, si entras a la cama preocupado por “si vas a poder”, lo más probable es que tu cuerpo te juegue en contra. ¡Recuerda! La mente es muy poderosa.
¿Qué se puede hacer?
La buena noticia es que la disfunción eréctil tiene solución en la mayoría de los casos. No es necesario entrar en pánico ni esconderte detrás de excusas. Aquí algunos pasos simples:
- Baja la presión: no todo el sexo gira alrededor de la penetración. Explora el placer sin presionarte y sin que involucren necesariamente penetrar. Esto ayudará a generar nuevas formas divertidas de exploración.
- Conecta con tu cuerpo: hacer ejercicio, comer bien y descansar mejora la circulación y la energía sexual.
- Evita el exceso de porno: puede afectar tus expectativas y tu respuesta natural al estímulo real.
- Habla con tu pareja: ocultarlo solo genera más ansiedad. La comunicación relaja y puede incluso volver el momento más íntimo.
- Consulta a un profesional: si el problema persiste, acude a un médico. Existen tratamientos y terapias muy eficaces, no solo psicológicas.
La disfunción eréctil no te quita masculinidad ni valor. Es simplemente una señal de que tu cuerpo, o tu mente, necesita un poco de atención. Cuanto más se normalice hablar de ello, menos peso tendrá ese miedo de “no rendir”.
Así que, si alguna vez tu “soldado” se toma el día libre, no te tortures. Respira, relájate y recuerda,el placer no solo está en la erección, sino en la conexión. Y si quieres seguir conectando y entendiendo a tu cuerpo, síguenos en nuestras redes sociales oficiales; Facebook, Instagram y X.
Fuentes:
- Disfunción Eréctil. (s.f.) Mayo Clinic. Recuperado de: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/erectile-dysfunction/symptoms-causes/syc-20355776
- Disfunción eréctil, no siempre “querer es poder”. (s.f.) Gobierno de México. Recuperado de: https://www.gob.mx/issste/articulos/disfuncion-erectil-no-siempre-querer-es-poder